Estar al volante conlleva una gran responsabilidad, por eso -además de estar al día en los conocimientos viales y tener un buen estado físico (para reaccionar de manera oportuna ante cualquier situación)- la salud emocional es indispensable para un manejo seguro.
En ese sentido, conducir de manera correcta constituye un hábito, uno que puede verse afectado por diversas situaciones, como el confinamiento de los últimos meses, el cual -además haber alejado a la persona del volante- podría causar cuadros de ansiedad, miedo y/o estrés, afectando así la salud emocional, un factor clave a la hora de conducir.
A grandes rasgos, existen ciertas habilidades emocionales indispensables para que una persona pueda conducir de manera adecuada, velando tanto por su seguridad como por la de terceros. Entre las principales, vale la pena mencionar las siguientes:
1. Concentración
Desde el momento en que la persona se dispone a conducir debe desligarse de los problemas personales, pues debe estar alerta para tomar decisiones sobre los recorridos, leer señales, advertir las acciones de otros conductores y reaccionar oportunamente ante diversos imprevistos. Todo esto requiere de una gran concentración.
2. Empatía
La empatía se define como la capacidad de una persona de ponerse en el lugar de otra. En el caso del manejo, implica respetar al resto de los automovilistas para una conducción eficiente.
Esto permitirá evitar acciones que afecten la vialidad, además de entender el desempeño de los conductores en el caso de faltas o movimientos imprudentes o erróneos, manteniendo una actitud positiva y resolutiva en todo momento.
3. Responsabilidad
Cuando el conductor se encuentra concentrado, podrá reaccionar oportunamente y resguardar tanto su integridad como la de terceros. Esto le permitirá chequear el vehículo antes de comenzar a manejar y estar atento a las señales de tránsito, así como el uso del cinturón y otras herramientas dentro del auto.
4. Controlar las emociones
Es básico que el conductor sea capaz de manejar sus emociones. Especialmente en horas peak y lugares con alto tráfico, es indispensable saber controlar los impulsos para evitar conflictos.
Ante percances en la vía, ruidos externos, olores e imprevistos en los que hay que esperar y tomar decisiones acertadas, el conductor del vehículo debe ser tolerante y paciente, respirar y saber que la situación pasará. No puede dominarla, pero sí controlarse a sí mismo.
Al perder el control sobre las emociones, es posible que el conductor experimente síntomas como sudoración, dolor en la cervical y gastritis, entre otros que pueden entorpecer su desempeño al volante.
Por último, en el caso que manifiestes síntomas o tengas la sospecha de estar infectado/a con COVID-19, elige no circular y cuidar tu salud hasta confirmar o descartar el diagnóstico. Así puedes prevenir el estrés innecesario y reducir el riesgo de contagiar a otros.
La salud mental es la punta de lanza para manejar el vehículo de forma correcta, protegiendo tanto tu vida como la de tus seres queridos y terceros. Por eso, considera estos tips de salud mental y emocional antes de volver a ponerte tras el volante.
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